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En Japón encontrarás un destino donde se entremezclan antiguas tradiciones y modernidad de la manera más natural del mundo. Un país hecho a sí mismo a partir de culturas ancestrales que han sobrevivido generaciones y que, a su vez, hoy en día conviven en un país ejemplo de modernidad y avance tecnológico. Pero no solo eso, en un viaje a Japón también se puede disfrutar de la naturaleza: su condición de archipiélago volcánico también le dota de una gran variedad de paisajes, en los que se pueden disfrutar desde campos silvestres, bosques frondosos hasta playas tropicales.
Y es que una de las ventajas de viajar al país nipón es descubrir sus cuatro estaciones. Su peculiar geográfica hace que cuente con distintos climas y temperaturas según el área en que nos encontremos. Sus temperaturas y zonas climáticas convierten a Japón en uno de los países con las cuatro estaciones más diferenciadas.
Durante los últimos años ha crecido el interés por la cultura nipona, el país ofrece una de las guías turísticas más extensas que se pueden encontrar. Uno de los fuertes del país es la gastronomía y es que no hace falta recorrer más que algunos metros para comer bien. Muchos de sus restaurantes suelen, incluso, estar especializados en un único plato, quizás perfeccionado durante generaciones. Los ingredientes de la comida nipona suelen ser frescos y variados. Los guisos de montaña contrastan con el sushi típico de las costas. La comida japonesa es algo así como ‘el jardín de las delicias’, sabores y texturas se entremezclan para ir más allá de lo que comemos en Occidente cuando vamos a un restaurante.
Tokio, Kioto, Hiroshima y Osaka son las ciudades más populares del país. Pero en 2020, los Juegos Olímpicos de Tokio también pondrán en el mapa nuevas zonas de Japón menos turísticas, una oportunidad para conocer nuevas rutas que no aparecen en las guías. Un ejemplo de ello es Tohoku, muestra de la parte más tradicional y natural del país: bosques de hayas, cascadas, montañas volcánicas, aguas termales y pequeñas localidades con barrios antiguos pertenecientes a los samuráis se dan cita en Tohoku. ¡Ve antes de que el resto de turistas lo apunten en sus mapas!
Otra de las zonas más recomendadas es Miyazaki, situada en la isla de Kyūshū, a tan solo hora y media de avión desde Tokio, es una región perfecta para aquellos que busquen tranquilidad. Cuenta con la cascada más bonita del país y también con multitud de santuarios relacionados con la mitología y el nacimiento del país. También es uno de los destinos favoritos para los que quieren practicar deporte gracias a la posibilidad de deportes al aire libre como escalada y surf.
Sin embargo, más allá de lugares y comidas, lo que distingue al país es la sociedad hospitalaria que tiene. En Occidente tenemos la idea asociada de que el japonés es distante y frío. Y es que la amabilidad de sus gentes y el respeto que muestran por el ‘otro’ les convierten en unos anfitriones de lujo de cara al turista, sin ya contar con sus famosas reverencias o sus ‘sumimasen’ (que utilizan para expresar disculpa) cuando creen que han incomodado de alguna manera.
Estos son quizás uno pocos de los motivos por el que Japón es considerado uno de los países más seguros. El país cuenta con uno de los índices de criminalidad más bajos del mundo. A esto hay que unir otra de las ventajas de Japón y es la comodidad que presenta en transporte: con el Japan Rail Pass, el gobierno ha querido que los visitantes puedan utilizar este pase de forma ilimitada hasta un máximo de 21 días.
