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Si has llegado hasta aquí es muy probable que hayas leído ya nuestra Guía de la Ruta 66 y te estés planteando una de las cosas más importantes: dónde comer en la Ruta 66. Pues bien, has llegado al sitio perfecto, ya que en este post vamos a repasar los mejores sitios para comer en la Mother Road.
En este recopilatorio vas a encontrar los sitios más clásicos mezclados con otros que no lo son tanto, todos ellos con su geolocalización para que puedas encontrarlos sin problema. Empezamos con los mejores lugares donde comer en la ruta 66:
Resumen de contenido de este post
1. Lou Mitchell’s (Chicago, Illinois)
Ya hablamos de él cuando escribimos sobre la etapa 1 de la Ruta 66 y también en el post sobre dónde comer en Chicago. Lou Mitchell’s es de parada obligatoria para todos los aventureros que se van a lanzar a recorrer la Mother Road. La primera etapa siempre es cansada, porque quieres parar en todas partes, así que es súper importante que cargues las pilas con un buen desayuno.
Lo bueno de este sitio es que puedes ir a desayunar, de brunh o a comer, porque está abierto hasta las 16 horas. Aquí tienes la carta completa del Lou Mitchell’s. Nosotros pedimos un gofre de bacon (que sorprendentemente llevaba el bacon dentro de la masa), unos fresh banana pancakes y dos batidos: uno de vainilla y otro de chocolate. Estaba todo riquísimo y el trato fue exquisito. Si tuviéramos que poner un pero, sería sin ninguna duda, el precio. Solo el desayuno nos costó como una comida, unos 40 dólares con la propina.
2. Jungle Jim’s Cafe (Springfield, Illinois)
Y parece que la cosa va de desayunos 😉 En la segunda etapa de la Ruta, paramos a desayunar en Jungle Jim’s Cafe. Como buenos amantes de la ruta desde hace años, sabíamos que no podíamos perdernos los sitios clásicos, y este es uno de ellos.
Aquel día se nos fue un poco la cosa de las manos, y además del propio desayuno de cada uno, pedimos unas tortitas. Por si no era suficiente (modo ironía on :D). Fran pidió un desayuno con huevos revueltos, bacon, el ‘filete ruso’ ese típico que está hecho de salchicha y patatas con salsa gravy. El mío tenía patatas, bacon, y huevos revueltos. Vamos, desayuno americano de toda la vida. Para facilitar la digestión: dos mega batidos de vainilla. Todo súper sano 😉
El desayuno nos salió por unos 30 dólares aproximadamente. No es barato, pero merece la pena, igual que Lou Mitchell’s.
3. Pappy’s Smokehouse (Saint Louis, Missouri)
Como buenos amantes de Crónicas Carnívoras, no podíamos dejar escapar la oportunidad de visitar Pappy’s Smokehouse en Saint Louis. Es un sitio super típico de costillas que tiene en el exterior un montón de ‘hornos’ en los que ahuman sus costillas durante horas. Este restaurante que está abierto todo el día es uno de los sitios que visita Adam Richman (el presentador de Crónicas Carnívoras) en uno de los episodios, así que no nos lo podíamos perder.
Ese día habíamos desayunado tarde y mucho (precisamente en Jungle Jim’s Cafe), así que llegamos a Pappy’s Smokehouse a la hora de merendar. Y aunque te pueda parecer raro, estaba completamente lleno. Yo no soy muy fan de las costillas, pero a Fran le chiflan. Él pidió medio costillar ahumado asado con batatas y yo una especie de plato ‘combinado’ con pollo, frijoles, nachos, mucho queso y cebolla. Aquí puedes consultar la carta completa del Pappy’s Smokehouse.
En cuanto al precio, la verdad es que no fue caro (unos 20 dólares por persona con bebida), y Fran dice que han sido las mejores costillas que ha comido en su vida. Mi plato estaba rico, pero tampoco es un plato de estos que recuerdas toda la vida.
4. Cracker Barrel (St. Robert, Missouri)
La verdad es que caímos en en este restaurante de casualidad. Básicamente porque nos pillaba de camino a Springfield (Missouri), y teníamos que parar en algún sitio. Para que te hagas una idea, es una cadena de restaurantes mezcla entre Foster’s Hollywood y VIPS.
Yo pedí una ensalada, la Southern Grilled Chicken Caesar (necesitaba descansar un poco de la comida americana a lo bestia) y luego nos ‘hicimos la picha un lío’ con los sides (acompañamientos) y acabamos pidiendo una especie de pechuga de pollo empanada con mac and cheese. Fran pidió un bocata de carne que estaba bastante bueno.
Salimos por unos 35 dólares, pero la comida tampoco fue para tirar cohetes. Lo más curioso de este sitio, es que además del restaurante tiene una tienda tipo la que podría tener un VIPS, pero en bonito. Allí compré un par de adornos preciosos para el árbol de Navidad.
5. Wayo Sushi Bar & Grill (Springfield, Missouri)
Los que me conocen saben que no puedo vivir más de una semana sin sushi. Así que cuando vi que uno de los restaurantes mejor puntuados de Springfield era un japo, no dudamos ni un segundo en pasarnos a cenar por allí.
El Wayo Sushi Bar & Grill está decorado de manera exquisita y el trato es sencillamente estupendo. Las mesas no están colocadas como podrían estarlo en un restaurante normal, sino que cada una esta metida como dentro de un espacio privado separado por paneles de las demás. Súper íntimo.
Pedimos unas gyozas (nos gusta probarlas en todos los japos a los que vamos) y quizá fue lo peor de todo porque estaban fritas en vez de cocidas y a la plancha como en otros sitios. Para mí el mundo se divide entre japos que fríen las gyozas y los que no 😀
El resto de cosas que pedimos, todos los rolls que ves en la foto de abajo (nos tuvimos que llevar la mitad en un tupper), estaban riquísimos. Buenas combinaciones de ingredientes, salsas súper bien elegidas, y algunas sorpresas, porque uno de los california roll estaba coronado con fresas naturales y estaba… taaaaaan rico. Inesperado pero delicioso.
Esta fue una de las cenas más caras de la Ruta. Nos gastamos unos 80 euros. Pero los pagamos súper a gusto y repetiríamos sin pensar si volviéramos.
6. Tally’s Cafe (Tulsa, Oklahoma)
Tally’s Cafe en sin duda otro de los imprescindibles de la ruta. Si me preguntas un sitio especial dónde comer en la Ruta 66, sin duda sería este. Por muchos motivos: ubicación, decoración interior y exterior, historia…
Lo bueno que tiene este sitio es que abre de 6 a 23 horas, por lo que te pille en el punto de la ruta que te pille, puedes pasarte. Ya sea para desayunar, para comer o para cenar. En nuestro caso fue comida de camino a Oklahoma City.
Pedimos un poco de todo: palitos de mozarella, aros de cebolla y pollo frito y estaba todo riquísimo. Puedes consultar la carta completa del Tally’s Cafe aquí.
Todo ello acompañado de unas patatas fritas de esas que solo los americanos saben hacer, aunque sean congeladas. Pagamos unos 50 dólares con bebidas y sin postre. Si quieres comida americana de verdad, no te puedes perder Tally’s Cafe.
Hasta aquí el volumen I de los mejores lugares dónde comer en la Ruta 66. ¡No te pierdas el volumen II!
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