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Mucha gente piensa que para comer en un restaurante moderno que le guste innovar en la cocina ha de irse al centro de las grandes capitales, pero fuera de estas ciudades también puedes encontrar lugares que realmente merecen la pena. Y eso es lo que le pasa a Shoopo, un restaurante del municipio madrileño de Tres Cantos, que tiene una cocina deliciosa en un ambiente perfecto.
Resumen de contenido de este post
La luz de Shoopo
Hace unos años se pusieron de moda los, como yo los llamo, restaurantes-cueva, sitios con poca o ninguna luz natural y con una luz artificial tenue en los que apenas puedes ver a tu acompañante o lo que estás comiendo. Por suerte, el restaurante Shoopo es la antítesis de este planteamiento que yo, personalmente, odio con todas mis fuerzas.
Lo primero que llama la atención de Shoopo es la gran cantidad de luz que tiene, lo cual hace que su decoración en maderas y azules claros brille aún más. Como decía, al contrario de esos restaurantes-cueva, aquí sí que da gusto entrar y disfrutar de la comida.
Incluso la terraza, que otros muchos restaurantes lo tienen como algo simplemente funcional y olvidan mantener una decoración acorde al resto del restaurante, aquí no sólo mantiene el estilo, sino que con cuatro toques decorativos, como las plantas colgadas, tiene un aspecto maravilloso.
Unas raciones para que se te haga la boca agua
Las raciones de Shoopo son, de verdad, para que se te haga la boca agua con tan sólo leerlas en el menú. Así que si te apetece una comida ‘de raciones’ Shoopo es el lugar adecuado.
Cómo no, no pueden faltar raciones típicas como las patatas bravas o las croquetas con jamón, las cuales son las más parecidas a las que hace mi madre que he probado jamás en un restaurante (y muy diferentes a las de la Gastrocroquetería), pero también hay raciones que no son nada típicas y que merece la pena probar.
Porque la sepia a la plancha es algo normal, pero cuando viene con paletilla ibérica y guacamole se convierte en un plato sorprendente, al igual que le pasa a los boqueroncitos fritos con salsa de mango o a los saquitos de calabacín rellenos con gallina de campo. Todo con una pinta deliciosa y sorprendente por unos 9 euros de media cada ración.
Unos principales de diez
Los principales no sólo alcanzan las espectativas, sino que los superan con creces. Nosotros nos decantamos por el tartar de atún en hoja de plátano y mahonesa de soja y por el tataki de presa ibérica con crujiente de batata.
El tartar podemos decir sin ninguna duda que está entre los mejores tartares que hemos comido nunca, y eso que es un plato que solemos pedir a menudo. El atún era de gran calidad, el aguacate estaba en su punto exacto y la preparación rozaba a la perfección.
Del tataki podemos decir prácticamente lo mismo. La carne estaba en su punto, se notaba que era un buen producto (que es algo que muchos descuidan) y tanto el crujiente de batata como la salsa que la acompañaba con toques de piña le daban un toque tropical que la presa agradecía completamente, a pesar de que un principio pueda parecer una combinación imposible.
Además de estos dos platos me quedé con muchas ganas de probar otros de los que he oído hablar muy bien como la hamburguesa de carne de la sierra de Guadarrama, el raviolacci de pera y ricotta con salsa de roquefort y parmesano o el dúo de salmones (ahumado y plancha) con vinagreta de manzana. Todos ellos entre los 11 y 15 euros.
Y para terminar…
En cuanto a postres, en Shoopo no son de tener una docena de opciones, al contrario, son poquitas las cosas que tienen para elegir, pero de un gusto impresionante.
Nosotros elegimos la tarta red velvet, una de nuestras favoritas, y al contrario de lo que hacen en otros sitios donde utilizan colorante alimenticio para darle su característico color, aquí la tarta era totalmente natural, preparada con remolacha para que le de ese toque rojo. Estaba deliciosa.
Sin lugar a dudas, no siempre hay que ir a una gran ciudad para que te sorprendan con una comida deliciosa y diferente. Shoopo es un buen ejemplo de que un buen restaurante no depende de ello, sino que depende del buen hacer de su equipo.
Resumiendo:
- Si vives cerca en el norte de Madrid y quieres comer/cenar en un ambiente precioso una comida moderna y exquisita, Shoopo es tu sitio. Tu perfil de Instagram te agradecerá la visita 😉
- ¿Dónde puedes encontrar Shoopo? Shoopo está en la Avenida de Viñuelas 17, en Tres Cantos (Madrid).
- ¿Cuánto cuesta? No es low-cost, pero tampoco caro, y la realidad es que merece mucho la pena. Una buena comida para dos con postre sale por menos de 50 euros.
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